Morena: Populista, Autócrata, Fascista y Corrupta
En la última editorial hablamos de la intención del gobierno estadunidense de ir por los narcos políticos; el propósito es más claro en los últimos tiempos extendiéndose la posibilidad de la intervención extranjera, pero con el calificativo de narcoterroristas; al mismo tiempo el régimen morenista sienta las bases para tener el control total de México a través de las reformas constitucionales y la desaparición de instituciones autónomas.
Por una parte, se “filtran” investigaciones que revelan la corrupción de la cúpula morenistas, por otra, se avanza en el exterminio de instituciones autónomas que acaban con la trasparencia en el ejercicio de gobierno y, al mismo tiempo, se ocultan y protegen a los altos funcionarios de la 4T acusados de corrupción.
Se anula a la República mediante la adhesión de los 32 gobierno estatales y de la Ciudad de México -no importa el partido político del que provengan-, se controla al poder legislativo, se extermina al Poder Judicial, se somete o desaparecen instituciones autónomas, se elimina la posibilidad del amparo, se va por la reforma al INE; hechos que permiten a Morena estar a un paso de instaurar un sistema de izquierda populismo autocrático fascista.
Sin duda que hay fracturas en Morena, pero se mantiene el establecimiento de la ideología izquierdista del Siglo XXI en nuestro País teniendo como promotora a la ONU y las bases sentadas en el Grupo de Sao Pablo por Fidel Castro y Lula Da Silva o Grupo Puebla, luego de la caída del muro de Berlín.
Esto sin dejar de lado la tendencia mundial denominada “el socialismo del siglo XXI” que fragmenta a la sociedad, victimizando a grupos con legislaciones tendientes a desunir, en lugar de articular a los ciudadanos en un desarrollo compartido y por el bien común.
Se reafirma la equidad de género -hombres contra mujeres-, diversidad sexual -LGTB contra heterosexuales-, se apela al equilibrio de la naturaleza -aborto, matrimonios igualitarios-, educación y medios de comunicación fomentando una cultura tendiente a exterminar las tradiciones y los valores -familia, iglesia, estado-.
En México, el régimen de la 4T y su segundo piso se alinea a la destrucción del sistema político mexicano y trabaja por un régimen populista, autocrático, fascista.
Con Claudia Sheinbaum se profundiza la amenaza del sistema democrático, sin definir que tipo de sociedad se buscan, sin embargo, es claro su perfil de corte populista, autocrático y fascista.
Igual que en Venezuela -hoy cercada por EE.UU., que acusa a Maduro y altos mandos militares de terroristas-, Morena pervirtió e involucro a las fuerzas armadas en el narcotráfico. Hoy sabemos que con la corrupción de altos mandos de la marina se desembarco gasolina de manera ilegal, llamado huachicol fiscal o huachi diésel y que, con estos recursos, se financió las campañas de Morena a las gubernaturas en 2024, sin descartar la campaña a la Presidencia de la Republica.
Si tomamos en cuenta lo anterior, no se vislumbra hacia donde va nuestro País, por una parte, se percibe como un sistema populista, autocrático, fascista, con ramificación con el crimen organizado, pero si consideramos la intervención del régimen estadounidense se puede asegurar que el segundo piso de la 4T no se consolidará.