La semana patriótica dejó más que cohetes y banderas: exhibió con brutal claridad cómo se mueven hoy los hilos del poder en México. Entre un cálculo torpe sobre refrescos, la captura de un operador criminal que roza a un barón de Morena, una economía que vive de deuda y un Poder Judicial de cartón, el gobierno insiste en gritar “¡vamos bien!”, mientras la realidad responde con “otros datos”.

 

La aritmética política de Sheinbaum

La presidenta intentó justificar nuevos incrementos a bebidas azucaradas con un silogismo de sobremesa: “si te encarece un peso, deja de tomar dos”. El mensaje revela el tono del oficialismo: la “ciencia” se usa como coartada para gravar al consumidor sin tocar el elefante en la sala —una reforma fiscal integral— y para maquillar con impuestos indirectos, lo que no se recauda con capacidad estatal. La arenga terminó reducida a una moraleja simplona: si la luz llega cara, consume menos; si el refresco sube, bébelo menos. Política pública por restas.

 

Bermúdez, la Barredora y el temblor en el Senado

La detención en Paraguay de Hernán Bermúdez, ex secretario de Seguridad de Tabasco y señalado como pieza clave de La Barredora, puso contra las cuerdas a Adán Augusto López. La reacción del exgobernador —culpar a Calderón y a la oposición— delata nervios. Si Bermúdez “canta”, el golpe no será sólo penal: en el ajedrez interno de Morena, debilita al actual coordinador senatorial justo cuando se discuten presupuesto y reforma electoral. Y un adversario con expedientes abiertos es, para Palacio, un adversario dócil: se le deja en su cargo… pero “bajo presión”.

 

El telón de fondo es más grande: el huachicol fiscal con ramificaciones en Marina, muertes alrededor del caso y la sombra de una red de corrupción de escala histórica. Desde la visita de Marco Rubio, la cooperación con Washington dejó de ser discreta: hay “jalón de orejas” y entregas puntuales. México exhibe soberanía en la plaza pública y subordinación en la sala de máquinas.

 

Deuda hoy, problemas mañana

La narrativa de finanzas sanas no resiste el dato duro: el gobierno se sostiene con más deuda —incluidos nuevos créditos multilaterales— para financiar programas sociales y parches, no inversión productiva. Pemex continúa como barril sin fondo; refinar en casa sale más caro que importar gasolina, pero insistimos en la épica energética de Dos Bocas (que ya cuesta como “Cuatro Bocas”). El contribuyente paga el sobrecosto mientras los indicadores coincidentes y adelantados dan señales rojas: industria rezagada, comercio al menudeo en declive, empleo formal desacelerándose y confianza empresarial a la baja.

 

IMSS para todos… en el papel

Para “engordar” estadísticas de empleo y seguridad social, el gobierno empujo primero la incorporación obligatoria de trabajadores de plataformas y ahora va por los vendedores por catálogo al IMSS. En teoría, es deseable; en la práctica, es demagogia sin respaldo operativo: con abasto de medicinas incompleto y servicios saturados, sumar millones de nuevos asegurados sin financiamiento sostenible es prometer en el boletín lo que no se puede cumplir en la ventanilla.

 

Justicia de curso rápido

La implementación de la reforma judicial confirma lo que se advirtió: improvisación y clientelismo. Hay jueces renunciando a días de haber llegado, audiencias donde litigantes corrigen al juez, y ministros que inician sesiones con rituales simbólicos, pero sin solvencia técnica. Convertir al Poder Judicial en botín político tiene costo: procesos mal llevados, sentencias vulnerables y una puerta abierta a presiones del crimen organizado en juzgados sensibles. “Sale más caro el caldo que las albóndigas”.

 

El grito y la resaca

Claudia Sheinbaum dio su primer Grito con pulcritud simbólica. Está en su derecho. Pero el contraste es áspero: mientras en varias plazas se cancelaron festejos por riesgos reales, el discurso triunfalista siguió intacto. La Presidenta repite mantras —“vamos bien y vamos a ir mejor”, “si me dejan terminar el sexenio el salario alcanzará para dos canastas básicas”— que suenan más a deseo que a hoja de ruta. Entre líneas, asoma su ecuación: continuidad política con ajustes económicos “disruptivos” que no rompan con el legado de AMLO… pero que la diferencien lo suficiente para capear la tormenta que viene.

 

Epílogo

México entra a su segundo año de sexenio con una paradoja: más control político y menos control de la realidad. La pirotecnia patriótica no tapa la pólvora húmeda de los datos. La verdadera independencia —de criminales, de la deuda, de Washington, de la propaganda— no se grita: se construye con instituciones que funcionen, con cuentas claras y con dirigentes que dejen de tratar a la ciudadanía como si todo se resolviera dejando de tomar dos refrescos.

 

El Datillo

A muchos de la 4T les sorprendió la presencia de la presidenta de la Mesa Directiva, la panista Kenia López Rabadán, en la ceremonia del desfile militar del 16 de septiembre. Fue invitada por la presidenta Claudia Sheinbaum y, a diferencia del evento en memoria de los Niños Héroes del pasado 13 de septie mbre —en el que el presidente de la SCJN, Hugo Aguilar, no la saludó—, ahora sí fue aplaudida y recibida con cortesía por parte del gabinete y del resto de los poderes. ¿Otro rompimiento de la presidenta con los modos de su antecesor?

 

El gran ausente fue el titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, quien no ha estado presente en eventos públicos desde el 12 de septiembre; y eso que la captura de Hernán Bermúdez en Paraguay era una ocasión para aprovechar los reflectores y proyectar su imagen como fuerte aspirante presidencial para 2030.

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