Ante cada derrota electoral, exgobernadores se pronuncian por el regreso del blanquiazul a los principios que le dieron origen; son “luchadores albiazules” de un día, de un desplegado frente a cada derrota, no son conscientes que es “brega de eternidades”.
Luego de la estrepitosa derrota del 2 de junio, luego de permitir el acomodo de “cuates” en las candidaturas, luego de ignorar a la militancia y a los ciudadanos, luego de renunciar a los principios democráticos del albiazul, trece exgobernadores se “desgarran las vestiduras” exhortando a la dirigencia nacional, a Marko Cortés, para regresar a la democracia, a los principios y valores que hicieron del blanquiazul, el partido de los ciudadanos
“Ahogado el niño, tapan el pozo”, ¿acaso son ingenuos?, no lo creo; en Guanajuato se ha manifestado el avance de Morena apoyado por los “siervos de la nación”, en la implementación de programas sociales.
El despego de los exgobernadores del PAN, señalado como “la derechita azul” sin llegar al extremo de “derechita cobarde” como bien la aprecia el politólogo Argentino Agustín Laje, hacen un llamado “Urgente” a que “la renovación de la dirigencia nacional se MODELO de democracia interna y no de acuerdos concertados”.
En Angulo Político hemos señalado como se han perdido los principios del PAN -democracia, solidaridad, subsidiaridad, bien común-, mediante la invasión de grupos externos alentados por exgobernadores, propiciando la “colonización” de la dirigencia estatal panista, como se ha consolidado la corrupción mediante la entrega de puesto de elección, comités municipales, y una consolidación simulada de militancia a través de la nómina.
Pues bien, tras la derrota del 2 de junio, trece exgobernadores se han dado cuenta de que el PAN no es demócrata, ha perdido los principios de solidaridad, subsidiaridad, bien común, respeto a la dignidad de las personas, por lo que se han pronunciados por “¡abrir al PAN a la ciudadanía!”.
El “Urgente llamado al PAN” lo hacen: Carlos Medina Plascencia, Juan Carlos Romero Hicks; Héctor López Santillana; Francisco Ramírez Acuña, Francisco Barrio Terrazas, Fernando Canales Clariond, Patricio Patrón Laviada, Marco Adame Castillo, Alberto Cárdenas Jiménez, Marcelo de los Santos, Ignacio Loyola Vera y José Guadalupe Osuna Millán.
Bueno, pero siendo honestos, esta clase de manifestaciones la hacen después de una derrota, bueno de cada una de las elecciones, sean internas o externas; no es la primera vez, “lloran, pagan desplegados en medios y, con el tiempo se olvidan”. No tienen carácter ni están dispuestos ha sacrificarse por una causa por el bien de la comunidad.
En los desplegados, al término de cada elección, de cada derrota, hablan de la refundación del PAN, de hacer un análisis profundo, de regresar a los principios y valores, de vivir con autenticidad los principios fundacionales sintetizados en “bien común”, practicar “con honestidad política y economía” dentro de la responsabilidad pública, al mismo tiempo que “tomar las decisiones de nuestro trabajo con trasparencia y veracidad democrática”.
A Marko Cortés le exigieron “no adelantar el proceso de sucesión de la Presidencia del partido con acuerdos concertados con los padroneros, que tanto daño han hecho al partido. Nuestro presidente Marko Cortés debe dar testimonio de que debemos manejar nuestra democracia interna como exigimos que el Gobierno lo haga en toda la Nación”.
Hicieron un llamado “a analizar juntos, panistas y ciudadanos, los mecanismos para no tener nunca más en México una elección inequitativa, con los excesos del Presidente de la República en favor de su partido. Evitar una eventual sobre representación en el Poder Legislativo del partido del Gobierno”.
No se hacen responsables de sus actos, ni en el pasado, ni en el presente; piden de manera “timorata”, sin comprometerse, sin estar convencidos del regreso a la democracia, en espera del próximo desplegado que les permita mantenerse en la estructura de la “derechita cobarde”.