La semana dejó claro que el tablero nacional ya no se mueve sólo por la popularidad heredada de Palacio, sino por la capacidad —o incapacidad— de imponer agenda frente a tres fuerzas que aprietan a la vez: Washington, la guerra intestina en Morena y una inseguridad que desborda gobiernos locales. Giras con eco y “músculo” de renta Claudia Sheinbaum recorrió el Pacífico (Baja California Sur, Jalisco, Colima) para “socializar” su informe. El discurso fue continuidad pura: aranceles de Trump sorteados con dignidad, promesas repetidas, y el ritual de pedir “respeto” donde el auditorio se calienta —como en Jalisco con Pablo Lemus. La foto sale, el mensaje se repite y la plaza se llena, pero todos saben cómo: con beneficiarios de programas y operadores que acarrean. Es músculo prestado, no capital político acumulado. La insistencia de gobernadores y cuadros en presentarla como “comandanta” y “jefa suprema” busca otra cosa: marcar territorio frente a los que todavía miden tiempos con reloj obradorista. El problema es que la narrativa de continuidad no alcanza cuando la realidad pide decisiones de ruptura. Adán Augusto: de delfín a activo tóxico Mientras la Presidenta gira, el fuego amigo en el Senado avanza sobre Adán Augusto López. La detención de Hernán Bermúdez —exsecretario de Seguridad de Tabasco, señalado como líder de La Barredora y con ramificaciones hacia el CJNG— abrió compuertas políticas y judiciales. A eso se sumó la omisión de bienes millonarios en su declaración: cuentas y propiedades que intentó justificar como “herencias” no reportadas. Legalmente, no es un olvido: es un incumplimiento. El efecto inmediato: pérdida de autoridad en la bancada, exposición mediática y aislamiento. El de fondo: Sheinbaum consolida control sobre el Senado sin descabezar de golpe; mantener al caído “en funciones” pero bajo presión es más útil que nombrarlo mártir. ¿Destino probable? Un exilio diplomático con fuero residual. No por justicia; por aritmética del poder. Inteligencia, no abrazos: el pivote silencioso El claudismo cambió el libreto en seguridad: menos catecismo de “abrazos” y más uso de inteligencia policial y financiera. La ausencia de Omar García Harfuch en fechas simbólicas, sus silencios y los “tiempos” de capturas y filtraciones sugieren operación quirúrgica y cálculo político. Este giro no es confesado —y no puede serlo—, pero se nota en dos planos: 1) la cooperación con Washington (con Marco Rubio de por medio) y 2) los mensajes hacia dentro de Morena. Hay un nuevo árbitro en la cancha: quien controle información sensible define lealtades, candidaturas y presupuestos. Ley de Amparo: reforma con destinatario En paralelo, la ruta para reformar la Ley de Amparo avanza con foros de trámite y dedicatorias visibles (empresarios incómodos, adversarios mediáticos). El relato oficial la vende como antídoto contra “abusos fiscales”; la sustancia recorta el paraguas de protección para el ciudadano frente a actos de autoridad. Es un cambio que concentra poder y encarece la defensa de derechos en un sistema ya desigual. La señal a los mercados y a la inversión es la contraria a la que se presume en las giras. Territorio rojo, alcaldes al límite Guerrero volvió a exhibir la fractura del Estado. Chilpancingo —capital, no periferia— sufre parálisis de transporte y jornadas de violencia que llevan al alcalde a pedir auxilio público a Sheinbaum y a Harfuch. En Michoacán, la advertencia de “hacer justicia por propia mano” asoma como síntoma de colapso local. La narrativa triunfal en Sinaloa o en la liturgia del desfile no cubre estos huecos: cuando un edil llora ante cámaras para pedir ayuda, la política dejó de administrar expectativas y empezó a administrar miedos. Washington escucha, la Cancillería bosteza Mientras la presión estadounidense aprieta —aranceles en negociación, cooperación antidrogas, exigencias de extradición—, Juan Ramón de la Fuente pasó por la ONU sin registrar algo más que buenos deseos sobre desarme y migración. La diplomacia mexicana necesita gestores con oficio y puentes reales hacia el Partido Republicano que hoy manda en la Casa Blanca; en lugar de eso, tenemos declamación. Si se activan aranceles punitivos, se derrumba la promesa social interna: no hay programa que aguante una mordida fuerte al comercio. Nuevas siglas, viejas mañas Morena ya no carga solo: se cocina la tercera encarnación del antiguo Partido Encuentro Social, ahora con en el nombre de Contruyendo Solidaridad y Paz – CSP (igual que las iniciales de la presidenta) este “partido satélite” va a ayudar a sumar mayorías y a colocar cuadros leales a Claudia, no a la 4T como marca. Verde y PT pelean espacios; por eso el claudismo buscará su propia bisagra. No hay misterio: se trata de asegurar Congreso y presupuesto en 2027 con estructura propia, por si el obradorismo quiere cobrar facturas. La oposición formal, ausente La oposición partidista sigue en pausa estratégica, que en realidad es miedo: el “huachicol fiscal”, los contratos y las redes con gobiernos pasados cruzan a todos. Por eso, el verdadero contrapeso llega de fuera: Trump y sus incentivos domésticos. Si Washington decide usar aranceles o extradiciones como palanca, la agenda mexicana deja de ser doméstica. Conclusión: ¿quién manda? Sheinbaum ganó aire en plazas; perdió poco a poco la coautoría de su gobierno. Hoy manda quien define la agenda del día siguiente: la oficina de inteligencia que decide qué se filtra; el gobernador estadounidense que exige “entregas”; el alcalde que grita porque ya no puede. Si la Presidenta quiere que su músculo sea propio y no de renta, necesita tres movimientos ya: 1) separar con hechos su estrategia de seguridad del sexenio anterior; 2) marcar un divorcio estratégico con AMLO y los duros de MORENA; 3) cerrar el capítulo Adán Augusto sin simulaciones, caiga quien caiga debajo de él. Lo demás son giras, aplausos y promesas recicladas. La agenda real la están escribiendo otros. Y en política, quien no escribe, se vuelve nota al pie. EL DATILLO El PAN ya anuncio que el próximo 18 de octubre presenta en el Frontón México, lugar donde se fundó hace 86 años, su relanzamiento como partido político. Se habla de cambio de imagen y de narrativa, ¿Cambiara sus principios y valores?
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No 579 No. 579
SIRVIENDO A LA SOCIEDAD

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La semana dejó claro que el tablero nacional ya no se mueve sólo por la popularidad heredada de Palacio, sino por la capacidad —o incapacidad— de imponer agenda frente a tres fuerzas que aprietan a la vez: Washington, la guerra intestina en Morena y una inseguridad que desborda gobiernos locales. Giras con eco y “músculo” de renta Claudia Sheinbaum recorrió el Pacífico (Baja California Sur, Jalisco, Colima) para “socializar” su informe. El discurso fue continuidad pura: aranceles de Trump sorteados con dignidad, promesas repetidas, y el ritual de pedir “respeto” donde el auditorio se calienta —como en Jalisco con Pablo Lemus. La foto sale, el mensaje se repite y la plaza se llena, pero todos saben cómo: con beneficiarios de programas y operadores que acarrean. Es músculo prestado, no capital político acumulado. La insistencia de gobernadores y cuadros en presentarla como “comandanta” y “jefa suprema” busca otra cosa: marcar territorio frente a los que todavía miden tiempos con reloj obradorista. El problema es que la narrativa de continuidad no alcanza cuando la realidad pide decisiones de ruptura. Adán Augusto: de delfín a activo tóxico Mientras la Presidenta gira, el fuego amigo en el Senado avanza sobre Adán Augusto López. La detención de Hernán Bermúdez —exsecretario de Seguridad de Tabasco, señalado como líder de La Barredora y con ramificaciones hacia el CJNG— abrió compuertas políticas y judiciales. A eso se sumó la omisión de bienes millonarios en su declaración: cuentas y propiedades que intentó justificar como “herencias” no reportadas. Legalmente, no es un olvido: es un incumplimiento. El efecto inmediato: pérdida de autoridad en la bancada, exposición mediática y aislamiento. El de fondo: Sheinbaum consolida control sobre el Senado sin descabezar de golpe; mantener al caído “en funciones” pero bajo presión es más útil que nombrarlo mártir. ¿Destino probable? Un exilio diplomático con fuero residual. No por justicia; por aritmética del poder. Inteligencia, no abrazos: el pivote silencioso El claudismo cambió el libreto en seguridad: menos catecismo de “abrazos” y más uso de inteligencia policial y financiera. La ausencia de Omar García Harfuch en fechas simbólicas, sus silencios y los “tiempos” de capturas y filtraciones sugieren operación quirúrgica y cálculo político. Este giro no es confesado —y no puede serlo—, pero se nota en dos planos: 1) la cooperación con Washington (con Marco Rubio de por medio) y 2) los mensajes hacia dentro de Morena. Hay un nuevo árbitro en la cancha: quien controle información sensible define lealtades, candidaturas y presupuestos. Ley de Amparo: reforma con destinatario En paralelo, la ruta para reformar la Ley de Amparo avanza con foros de trámite y dedicatorias visibles (empresarios incómodos, adversarios mediáticos). El relato oficial la vende como antídoto contra “abusos fiscales”; la sustancia recorta el paraguas de protección para el ciudadano frente a actos de autoridad. Es un cambio que concentra poder y encarece la defensa de derechos en un sistema ya desigual. La señal a los mercados y a la inversión es la contraria a la que se presume en las giras. Territorio rojo, alcaldes al límite Guerrero volvió a exhibir la fractura del Estado. Chilpancingo —capital, no periferia— sufre parálisis de transporte y jornadas de violencia que llevan al alcalde a pedir auxilio público a Sheinbaum y a Harfuch. En Michoacán, la advertencia de “hacer justicia por propia mano” asoma como síntoma de colapso local. La narrativa triunfal en Sinaloa o en la liturgia del desfile no cubre estos huecos: cuando un edil llora ante cámaras para pedir ayuda, la política dejó de administrar expectativas y empezó a administrar miedos. Washington escucha, la Cancillería bosteza Mientras la presión estadounidense aprieta —aranceles en negociación, cooperación antidrogas, exigencias de extradición—, Juan Ramón de la Fuente pasó por la ONU sin registrar algo más que buenos deseos sobre desarme y migración. La diplomacia mexicana necesita gestores con oficio y puentes reales hacia el Partido Republicano que hoy manda en la Casa Blanca; en lugar de eso, tenemos declamación. Si se activan aranceles punitivos, se derrumba la promesa social interna: no hay programa que aguante una mordida fuerte al comercio. Nuevas siglas, viejas mañas Morena ya no carga solo: se cocina la tercera encarnación del antiguo Partido Encuentro Social, ahora con en el nombre de Contruyendo Solidaridad y Paz – CSP (igual que las iniciales de la presidenta) este “partido satélite” va a ayudar a sumar mayorías y a colocar cuadros leales a Claudia, no a la 4T como marca. Verde y PT pelean espacios; por eso el claudismo buscará su propia bisagra. No hay misterio: se trata de asegurar Congreso y presupuesto en 2027 con estructura propia, por si el obradorismo quiere cobrar facturas. La oposición formal, ausente La oposición partidista sigue en pausa estratégica, que en realidad es miedo: el “huachicol fiscal”, los contratos y las redes con gobiernos pasados cruzan a todos. Por eso, el verdadero contrapeso llega de fuera: Trump y sus incentivos domésticos. Si Washington decide usar aranceles o extradiciones como palanca, la agenda mexicana deja de ser doméstica. Conclusión: ¿quién manda? Sheinbaum ganó aire en plazas; perdió poco a poco la coautoría de su gobierno. Hoy manda quien define la agenda del día siguiente: la oficina de inteligencia que decide qué se filtra; el gobernador estadounidense que exige “entregas”; el alcalde que grita porque ya no puede. Si la Presidenta quiere que su músculo sea propio y no de renta, necesita tres movimientos ya: 1) separar con hechos su estrategia de seguridad del sexenio anterior; 2) marcar un divorcio estratégico con AMLO y los duros de MORENA; 3) cerrar el capítulo Adán Augusto sin simulaciones, caiga quien caiga debajo de él. Lo demás son giras, aplausos y promesas recicladas. La agenda real la están escribiendo otros. Y en política, quien no escribe, se vuelve nota al pie. EL DATILLO El PAN ya anuncio que el próximo 18 de octubre presenta en el Frontón México, lugar donde se fundó hace 86 años, su relanzamiento como partido político. Se habla de cambio de imagen y de narrativa, ¿Cambiara sus principios y valores?
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