El arranque del otoño trajo lluvia y humedad… y un fin de semana político que dejó al desnudo la brecha entre el discurso y la realidad. Tres escenas bastan para entender el momento: la tragedia de la pipa en Iztapalapa, la captura (opaca) de Hernán Bermúdez y la cruzada oficial contra el amparo. Juntas dibujan un país donde la comunicación sustituye a la gestión, la justicia se usa como palanca de poder y el absurdo ocupa tribunas que deberían deliberar soluciones.

 

1) Iztapalapa: tragedia, impunidad y un gobierno a la defensiva

 

La explosión de una pipa en el puente de la Concordia ya suma 29 muertes. La secuencia posterior es conocida: empresa que promete seguros, autoridades que señalan al chofer, cuadrillas que “corrigen” baches después del siniestro y ausencia de una ruta integral para víctimas y hospitales con capacidad real en quemaduras. La jefa de Gobierno, Clara Brugada, administró el caso a golpe de redes; la Presidencia, silencio.

 

No hablamos de un accidente “atípico”: hablamos de vías sin mantenimiento, de normas laxas para el transporte de materiales peligrosos, de verificaciones negociadas y de una cultura cívica erosionada. Hace tres años se cayó un tramo de la Línea 12 y no hubo sanciones ejemplares; hoy la película se repite. Cuando la política decide que es más rentable cuidar la investidura que abrazar a las víctimas, la administración pública retrocede del terreno de los hechos al de los slogans.

 

2) Bermúdez, la Barredora y el poder en modo control de daños

 

La detención en Paraguay de Hernán Bermúdez —exsecretario de Seguridad de Tabasco, señalado como operador de La Barredora— enciende alarmas donde más duele: en el Senado que coordina Adán Augusto López. La reacción del exgobernador (“culpa de Calderón, persecución de la oposición”) huele a nervios. La presentación encapuchada del detenido alimenta sospechas; los tiempos exprés de la expulsión desde Paraguay, también.

 

Más allá del morbo, el caso tiene dos vectores políticos. Primero, la disputa interna en Morena: un coordinador senatorial bajo presión es un coordinador disciplinado en vísperas de presupuesto y reforma electoral. “No te quito, te controlo”: la lección es clara. Segundo, la dimensión internacional: desde la visita de Marco Rubio se aceleró la cooperación con Washington. México grita soberanía en plaza pública, pero opera bajo exigencias concretas en la sala de máquinas. La ausencia de Omar García Harfuch en los actos patrios alimentó lecturas sobre viajes discretos y negociaciones; quizá puro humo, pero humo que delata incendios.

 

3) El amparo en la mira: cuando el remedio cronifica la enfermedad

 

Arturo Zaldívar salió a justificar la reforma a la Ley de Amparo como antídoto contra “abusos de deudores fiscales”. El argumento es funcional a la narrativa: el amparo como privilegio de élites. Pero el amparo es una aportación mexicana al constitucionalismo para proteger a la persona frente al poder, no un arma de evasores por definición. Debilitarlo no sólo acota a grandes empresarios; deja inerme al ciudadano común frente a negligencias de hospitales, arbitrariedades administrativas o errores judiciales. Si el gobierno quiere recaudar, que haga una reforma fiscal seria y fortalezca a la autoridad tributaria; recortar garantías no ingresa un peso y sí erosiona el Estado de derecho.

 

Lo que revelan los detalles (y por qué importan)

Gobernar no es posar. La lejanía de Palacio y el tono “gerencial” para explicar tragedias fracturan la empatía pública. La ciudadanía distingue entre un parte de guerra y un plan de atención: hospitales con capacidad real, fondos de emergencia, auditorías a concesionarias y sanciones que trasciendan al chivo expiatorio del día.

El ajuste de cuentas ya empezó. La rebelión de senadores morenistas contra Adán Augusto y la “geometría variable” del presupuesto (castigos a Tabasco y Yucatán incluidos) muestran que Claudia Sheinbaum busca lealtad operativa más que rupturas visibles con su antecesor. Continuidad en lo político; pragmatismo en lo económico y en el control de cuadros.

 

La normalización del absurdo es un síntoma. Mientras se discuten temas de vida o muerte, una diputada veracruzana presume “nave a Marte” para llevar café local; una alcaldesa es hallada en un rancho de un clan ligado al narco durante un operativo por secuestro… sin detenidos. No son anécdotas pintorescas: son pruebas de que el ecosistema institucional permite frivolidad e impunidad en esferas donde debería imperar la responsabilidad.

 

El fondo: Estado, mercado y crimen

La ecuación que se consolida es peligrosa: Estado que comunica más de lo que gestiona, mercado al que se demoniza mientras se le pide sostener el empleo y crimen organizado que presiona municipios y territorios con redes que tocan policías, combustibles y presupuestos. Si además el Poder Judicial es colonizado por cuotas e improvisación —jueces que renuncian a días, audiencias donde los litigantes corrigen al juez—, el país queda sin última línea de defensa.

 

La pirotecnia patriótica ya se apagó. Lo que queda es el hollín en el cielo de Iztapalapa, el silencio incómodo de los pasillos del Senado, el expediente del amparo sobre la mesa. La independencia que México necesita —de la improvisación, de la deuda fácil, de la captura criminal y de la propaganda— no se grita: se administra, se legisla y se hace justicia. El calendario marca otoño. Ojalá también marque madurez.

 

EL DATILLO

Se dice que, en política, la verdadera amistad se refleja en el presupuesto. Al revisar la propuesta del Paquete Económico 2026, se perciben claramente los “cariños” hacia ciertos actores políticos.

 

Querétaro, gobernado por el PAN y con renovación de gubernatura en 2027, recibirá un aumento del 16.6 % en comparación con 2025. Quintana Roo, bajo el mando de Mara Lezama de Morena, tendrá un incremento del 14 %, también con relevo de gobierno en dos años.

 

En contraste, los estados más castigados son —paradójicamente— gobernados por Morena: Tabasco, que pierde un 7.7 % respecto al año pasado y se encuentra en medio del escándalo de La Barredora; y Yucatán, con una reducción del 11.7 % frente a 2025.

 

¿El castigo a Tabasco es casualidad o un mensaje político? ¿Acaso el estado natal de López Obrador incomodó a la presidenta Claudia Sheinbaum? La ecuación presupuestal parece hablar por sí sola.

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SIRVIENDO A LA SOCIEDAD

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