El jueves 20 de junio se cumplen dos años del brutal asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora en la comunidad de Cerocahui, en la Sierra de Chihuahua, por lo que la congregación jesuítica y la jerarquía mexicana realizó diversas actividades.

 

Los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar fueron asesinados en un la parroquia San Francisco Javier de la comunidad de Cerocahui, en el estado de Chihuahua, defendiendo a un hombre que buscaba refugio en el templo.

 

El presunto autor del homicidio fue José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, quien fue encontrado sin vida en marzo de 2023, como lo confirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador.

 

El pasado miércoles partió una caravana desde el lugar donde fueron encontrados los cuerpos de los sacerdotes hasta la comunidad de Cerocahui, donde vivían. En la parroquia de San Francisco Javier se rezó el Santo Rosario y se proyectó un video memorial. Desde las 21:30 horas, la comunidad comenzó una vigilia que se extendió toda la noche, honrando la vida y el legado de los sacerdotes.

 

“La sangre de ellos está clamando hasta el cielo justicia

El 20 de junio se celebró una Misa en la parroquia de San Francisco Javier, con la participación de obispos y autoridades de la Compañía de Jesús en México.

 

En la homilía, Mons. Jesús Omar Alemán Chávez, Obispo de Cuauhtémoc-Madera, indicó que “hoy estamos conmovidos y nuestro corazón indignado porque no podemos tolerar, ni podemos aceptar la muerte de ellos. La sangre de ellos está clamando hasta el cielo justicia”.

 

El obispo señaló que el dolor de la Iglesia Católica no se limita al caso de los sacerdotes, sino también alcanza a las situaciones “de los niños abortados, las mujeres asesinadas, la angustia de las víctimas de secuestros, de asaltos, de extorsiones, las pérdidas de quienes han caído en la confrontación entre las armas, que han muerto en el poder de la delincuencia organizada o han sido ejecutados con crueldad y maldad humana”.

 

“Esto nos interpela, esto nos angustia, esto nos debe motivar para trabajar todos juntos por la paz”, exclamó Mons. Alemán Chávez.

 

En este segundo aniversario, el prelado exhortó a todos los católicos a proclamar “con toda fuerza y con inteligencia que la vida es sagrada, que la vida es el primer don de Dios”.

 

“Que nuestros labios alaben a Dios, pero que nuestra vida y nuestro testimonio esté cerca de él”, alentó, instando a las familias a que desde los hogares “empecemos a cortar todo acto de violencia, todo acto de soberbia, de orgullo y que en nuestras casas aprendamos a amar y perdonar”.

A las 15:00 horas, hora aproximada del asesinato de los sacerdotes Javier y Joaquín, se llevó a cabo un repique de campanas en todas las parroquias y capillas de los jesuitas en memoria de los sacerdotes.

 

En la Ciudad de México, a las 19:00 horas se celebró una Misa en la parroquia de la Sagrada Familia, en la colonia Roma Norte. Al término de la celebración eucarística, se develó el mural “Memoria Cerocahui”.

 

La Iglesia Católica está dispuesta a “no claudicar hasta volver habitable cada territorio del país”

 

En conmemoración de la muerte de los jesuitas, los obispos mexicanos y los religiosos católicos indicaron que están “dispuestos a no claudicar hasta volver habitable cada territorio del país”.

 

 A través de un comunicado conjunto de la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Compañía de Jesús en México y la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos y Sociedades de Vida Apostólica de México, se expresó el compromiso de “resignificar el dolor que mora en los corazones de muchos rincones del país”.

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